viernes, 15 de agosto de 2008

sábado, 9 de agosto de 2008

LA MAYOR ESPERANZA


La muerte de Cristo en la cruz le dio a usted la oportunidad de ser feliz, pues abre sus ojos a la perspectiva de un futuro mejor. Usted puede salir del capullo de sus limitaciones genéticas y adquiridas, y conseguir realizar los sueños más sublimes del corazón.
Por lo tanto, prepárese para el viaje espacial más sensacional de todos los tiempos, porque Jesús volverá pronto a este oscuro planeta para llevarnos al lugar más hermoso del mundo. “¡Ven, Señor Jesús!” (Apocalipsis 22:21).

ESPERANZA PARA VIVIR


Mientras la ciencia corre en busca de la vacuna para la muerte, la imprudencia, la genética o la falta de prevención continuarán segando la vida de las personas que amamos, y la nuestra también. ¿Podemos hacer algo para “estirar” un poco más la propia vida? Claro: cultivar el buen humor, amar al prójimo, preocuparse menos, escoger alimentos saludables, beber agua limpia, no tomar bebidas alcohólicas, no fumar, acostarse más temprano, hacer ejercicios físicos y entregar la vida en las manos de Dios.
“Todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente” (S. Juan 11:26, RVR).

ESPERANZA PARA EL PLANETA



¿No hay esperanza para este planeta.? ¿Qué ha hecho usted ante esta situación? Hay un avance en lo que se refiere a documentación y acción global; ya que los problemas globales exigen soluciones globales. Los países y las empresas están siendo más responsables en lo que tiene que ver con el medio ambiente. Pero, cada uno puede dar su contribución. El hecho de que usted no pueda hacerlo todo no significa que no deba hacer nada.
La ciudad eterna promueve la reconciliación, la justicia y la sanidad. Ese mundo increíble es para usted, que forma parte del sueño de Dios.

ESPERANZA ANTE LA CORRUPCIÓN


¿Puede haber esperanza ante la corrupción? En última instancia, la corrupción se origina en el egoísmo del corazón humano. Para erradicarla, es necesaria una transformación del individuo, algo que solamente Dios puede hacer. Cristo es el único que puede perdonar lo malo que hayamos hecho en el pasado, llenarnos de su amor desinteresado y ayudarnos a vivir sirviendo a nuestros semejantes. Para ello, todo lo que pide es que nos arrepintamos de nuestros pecados y humildemente se los confesemos a él, entregándole nuestra vida para obedecerle de aquí en adelante.

ESPERANZA PARA LA PAZ SOCIAL



Si miráramos solamente los problemas, tendríamos razones de sobra para llegar a la conclusión de que no hay solución para la humanidad. Sin embargo, la buena noticia es que hay esperanza para la sociedad enferma. La solución viene de afuera de nosotros mismos. Las providencias fueron tomadas por Dios. El plan está expuesto en la Biblia. Y ese plan es la razón para nuestra esperanza.
El objetivo es el amor a Dios y entre las personas; y el puente que une esas dos virtudes es la esperanza. Él mismo prometió: “Volveré” (S. Juan 14:3).

ESPERANZA PARA LA FAMILIA



En medio de un panorama tan oscuro y desalentador, ¿es posible encontrar la clave para la felicidad en la familia? ¿Hay esperanza para las crisis familiares?
No obstante, la mayor esperanza de todas para la familia se encuentra en el pronto regreso de Jesús, y la Tierra Nueva que prometió, donde “estaremos con el Señor para siempre” (1 Tesalonicenses 4:17). Allí será la gran reunión de la familia de Dios, y todos sus miembros vivirán por siempre en completa armonía.

ESPERANZA PARA VENCER LOS TRAUMAS EMOCIONALES


Cuando viajamos en ómnibus, tren o avión, nos encontramos con muchas personas. Algunas siguen inmersas en libros o periódicos, otras miran por la ventana, indiferentes al pasajero que está a su lado. Miradas perdidas de vidas que vienen y van. ¡Cuántos traumas emocionales: tristezas, desilusiones, sueños frustrados, tragedias, añoranzas!
Nunca se olvide de que, por encima de las nubes de tragedias y tristezas que envuelven muchas veces nuestra vida, está el sol de la esperanza. Y ese sol tiene nombre: Jesús.