En el marco del Concilio de Primavera llevado a cabo en Silver Spring, Maryland, Paulsen dijo que solo tres divisiones están dispuestas a aceptar un cambio que permita ordenar a las mujeres, y ocho divisiones dijeron que esa decisión tendría un impacto negativo sobre la feligresía. Otras dos divisiones no respondieron.
Los comentarios de Paulsen se produjeron en respuesta a una pregunta de Johann E. Johannsson, pastor y tesorero de la División Transeuropea, que quiso saber por qué el tema no había sido incluido en la agenda del concilio como se había prometido en el Concilio Anual del año pasado.
Paulsen comentó que solo tres divisiones dijeron estar listas para avanzar en este sentido, pero que otras ocho se negaron, aunque en sus respuestas describieron cuál es la participación de las mujeres en el liderazgo de sus regiones. "Sin embargo, dijeron que de ordenar a las mujeres, los feligreses de sus regiones se verían afectados, y esto atentaría contra la unidad de la iglesia", expresó Paulsen.
En conclusión, Paulsen dijo que "dados los resultados obtenidos, no podemos ocuparnos de este tema; tenemos que dejarlo allí". Sin embargo, para ser justos con la iglesia mundial, debemos reconocer que en los últimos años se han producido cambios en este sentido. No estamos en el mismo lugar donde estábamos hace diez años. Es un proceso de educación, de crecimiento. Acaso se necesite otra generación. No sé".
En los congresos de 1990 y 1995, los delegados analizaron la posibilidad de ordenar a las mujeres, pero en ambas ocasiones optaron por no hacerlo. Dado que se requiere estar ordenado para ciertos cargos, es probable que el tema siga en discusión en los próximos años.
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